Vistas de página en total

jueves, 10 de diciembre de 2015

¡Qué puto país, este!


En el estacionamiento del Tenis Club.

-        ¡Pérez Mendoza! ¿Cómo le va?
-        Para el culo.
-        Usted siempre tan optimista…
-        ¿Cómo quiere que me vaya en este país de mierda? Uno más ladrón que el otro. Se la pasan de joda en joda y… el país mientras tanto se va a la mierda. Acá el que no corre, vuela. ¿No leyó el diario hoy?
-        No, los viernes por la mañana voy un rato más tarde a trabajar para poder desayunar con los chicos. A propósito, esta es mi nena, la más grande, toda una tenista.
-        ¡Felicitaciones! ¿Vos sos Renata? – dirigiéndose a la nena.
-        No, yo soy Isabella. Perdón; papá, allá está Santina, me voy con ella a los vestuarios.
-        Dale. – le dice el padre
-        Educadita la piba, eh?
-        Sí, a Dios gracias. – dirigiéndose a Pérez Mendoza – Hace mucho que no lo veía por acá. ¿En qué anda?
-        ¡Uf! Si le cuento. Hace como cuatro meses conocí a una minita que me voló la cabeza.
-        ¿Usted es o… era casado? ¿No es así?
-        Era… mi ex me descubrió por los boludos de los vecinos del 14 A. Mire, le dije a mi ex que me iba a un congreso a Pinamar, todo bien, me creyó; obvio, me fui con la minita. No va que allá estaban los vecinos. Yo ni me di cuenta. Estaban filmando no sé qué boludez de la Beach-Polo World Cup y salí con la mina en la filmación a los chupones limpios.
-        Digamos entonces que su ex vio la filmación en la casa de los vecinos.
-        Sí, va una vez por semana a tomar el té. Y claro, se fue todo al carajo…

(Retiran cada uno sus raquetas y sus bolsos y siguen camino a los vestuarios de los hombres.)

En los vestuarios mientras se cambian, Pérez Mendoza saca un papel del bolso.

-        Le hago una consultita. – Dice Pérez Mendoza
-        Diga Usted.
-        Mire, me llegó esto a la oficina. Tengo que pagar como 26.000 mangos. ¿Habrá alguna posibilidad de moratoria?
-        Por lo que veo usted se ha atrasado bastante en los pagos.
-        Un poco.
-        Sí, pero las moratorias salen en diciembre, se le va a acumular demasiado.
-        ¡Qué joderse! ¡Me lo imaginaba! Ayer pagué la tarjeta de crédito, la gold, vio, 150.000 mangos. Me dejó k.o.
-        Bien, para el mes próximo se le va a acumular un, digamos, 1,8% más y sumándole la cuota, serían… sí, unos 27.500 pesos, más o menos. Pero lo puede cancelar con la tarjeta de débito, si tiene...
-        Psé, voy a ver qué hago. El tema es que como soy monotribustista... Ojo, usted vio, categoría L. Bueno, pero de todos modos, no es tanto lo que debo.


Yendo hacia las canchas.

-        ¿Polvo de ladrillo o césped sintético? – Pregunta Pérez Mendoza.
-         Polvo de ladrillo me parece bien.
-        ¡Señor Pérez Mendoza! ¡Señor! – llama una jovencita y él se da vuelta para ver quién lo llama.
-        ¿Qué pasa linda?
-        ¿Podría venir conmigo un momentito? El señor Smith desea hablar con usted.
-        ¡Uf! ¿Y ahora qué pasa? – Mira a su compañero de juego y le dice: - ¿Me espera un ratito? Ya vuelvo.
-        Sí, por supuesto, mientras tanto hago unos ejercicios de precalentamiento.

En la oficina de Smith.

-        Adelante señor Pérez Mendoza.
-        Smith, ¿cómo le va? Tanto tiempo.
-        Bien, gracias. Mire, aquí tenemos, a ver, bueno, usted está debiendo ya casi un año de cuotas, ¿sabe?
-        Sí, mañana cancelo todo, no se haga problema. Sabe qué pasa, como no estuve viniendo…
-        Desde ya, lo comprendo. De todos modos usted podría haber pagado con tarjeta de crédito. Si la trajo, lo cancelamos ya mismo. Ah, y otra cosita, por favor, traiga la próxima vez el certificado médico, el último que tenemos de usted es de hace dos años.
-        ¡Uy! Me re-olvidé. Acá está la tarjeta.
-        Gracias… Perdón, hay algo que anda mal con esta tarjeta. ¿No tiene otra?
-        ¿No será el posner?
-        No lo creo… Bien, hagamos lo siguiente, mañana es sábado, el lunes, por favor cancele todo en el Banco Municipal de Rosario. ¿Quedó claro?
-        Sí, por supuesto, no se haga problema, el lunes a primera hora cancelo todo…

En la cancha con el colega.

-        Listo, ya está. – Dice Pérez Mendoza. – Ya me arrancaron la cabeza.
-        ¿Por?
-        Y… debía unas cuotitas, pelé la tarjeta, no me quedó otra. Encima que no vengo casi nunca, hay que pagar un dineral… ¡Pero ché! Esta cancha está asquerosa. ¡Esto no es polvo de ladrillo, esto es una camionada de arcilla del arroyo Saladillo!
-        No la veo tan mal. ¿Jugamos?
-        Pero hasta la red está floja, mire.
-        A mí me parece que está bien.
-        Bueh, si a usted le parece… juguemos nomás.

Ambos jugadores se posicionan para comenzar el partido. En eso, suena el celular de Pérez Mendoza.

-        Perdón, me están llamando. ¿Hola? ¿Qué carajo te pasa ahora? … ¿Ah sí? ¿No me digás? … ¿Pero qué mambo tenés vos en la cabeza? Ni en pedo, me escuchás, ni en pedo… Andá a laburar más horas si querés guita. … ¡No! … ¡No te lo voy a dar! … ¡Ma sí, vos y tus delirios! … No me jodás más, entendiste?
-        Disculpe, Pérez Mendoza. ¿Qué le pasó?
-        Nada, mi ex… Quiere que le pague la escuela a las nenas, quiere el divorcio, qué sé yo, me tiene podrido…

Suena nuevamente el celular de Pérez Mendoza. Atiende la llamada.

-        ¿Y ahora qué mierda pasa?
-        Su saldo es de cero pesos con cero centavos. – Dice una contestadora automática.
-        ¡Será posible! ¡Todo anda para el culo! Ahora me dice la contestadora que tengo cero peso.
-        ¿Habrá consumido todo el crédito?
-        ¡Qué sé yo! Ni me acuerdo cuando fue que pagué la última factura. Estos hijos de puta son capaces de cortarme la línea.

Llega Rodríguez y saluda a ambos jugadores.

-        Señores, ¿cómo les va? – saluda Rodríguez.
-        Bien. – responden a dúo.
-        Pérez Mendoza, no se ofenda, pero mire, se me acaba de hacer pedazos la raqueta. ¿No me la puede devolver? Digo, la que tiene en la mano, es mía, se la presté hace como un año.
-        ¿Esta?
-        Sí, esa.
-        Pero che, será posible. ¡Hoy todo me sale para el culo! ¡Ni siquiera puedo jugar un partidito! ¡Ma sí, acá la tiene! Uno quiere hacer algo y no se puede hacer nada…

Pérez Mendoza se va ofendido directamente al estacionamiento, da marcha atrás, presiona el acelerador a fondo y choca contra un vehículo que estaba entrando lentamente al Tenis Club.

-        ¡Qué te pasa paspado! ¿Cómo no mirás antes de entrar? ¿No ves que estoy saliendo?
-        ¿Qué te pasa a vos? ¡Mirá como me dejaste el auto!
-        ¿Te duele algo?
-        No, estoy bien, gracias a Dios estoy bien…
-        ¡Jodete, entonces!
-        Jodete nada, mostrame el seguro y los papeles de tu auto, voy a la policía y hago la denuncia.
-        ¿Quéeeeeeeeeeee? ¿Por ese magullón tanto quilombo?
-        Sí, por este magullón, tanto quilombo.
-        ¡Será posible, che! ¡Qué puto país este! Si uno viviese en Europa, todo esto no pasaría…


 Violeta Paula Cappella

No hay comentarios:

Publicar un comentario