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lunes, 13 de junio de 2016

En el Principio


En el Principio

1  En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios.

2  Del Verbo emanaron el Sustantivo, el Adjetivo y el Adverbio y Dios creó todas las Preposiciones y Conectores y otras categorías. Y vio Dios que eran muchas y que el Inglés era lengua astuta, hija de la Serpiente Capitalista.

3  Y dio Dios a la humanidad, a través de uno de sus Grandes Profetas, un idioma perfecto llamado Esperanto.

4  A cierta porción de la humanidad le sedujo la idea y habló y habla en Esperanto; a otra porción la subsumió el Inglés, una tercera porción se entretuvo entre varios idiomas o el propio, y otros no se interesaron ni por el propio ni por los ajenos.

5  Mirando Dios su creación, lanzó nuevamente los Mandamientos y uno más, pero esta vez usó lo que todo hombre o mujer que lee y escribe tiene: Facebook y Twitter.

6  El 11º Mandamiento dice: “No cometerás errores de ortografía y si los cometieres, una hora de tu vida te será descontada por cada error”. Firmado: Dios. En el Twitter le sobraron caracteres, mas Dios decidió no utilizarlos.

7  La humanidad recibió la advertencia en todos los idiomas del mundo e incluso en Esperanto y hombres y mujeres de todas las edades creyeron que se trataba de un virus, por ejemplo, un poderoso Troyano que habría sido lanzado por algún hacker al servicio de Microsoft o Apple.

8  Los más fieles a los mandamientos de Dios, se decidieron por utilizar diccionarios on-line o desempolvar los diccionarios que estaban allá arriba en algún estante perdido; los menos creyentes, pero con cierta aprehensión a la palabra divina, instalaron software de corrección automática y a los que todo les entra por un oído y les sale por el otro, éstos, siguieron escribiendo en sus muros y “twitteando” como si nada hubiese pasado.

9  Los diccionarios de la Real Academia Española tuvieron récord de ventas en menos de una semana, del mismo modo que los Duden, Wahrig, Oxford, Larousse y tantos otros.

10 Esa misma semana, un muchachito de unos treinta y tantos años falleció inesperadamente en una oficina de la Bolsa de Comercio de Rosario frente a su notebook, cuando durante el almuerzo escribió en el muro de su Facebook un largo comentario con más de 500 errores de ortografía y en una semana había cometido exactamente 350.400 errores ortográficos. Y fue este triste acontecimiento en la tarde del Primer Año.

11 De un día al otro dejaron de funcionar los diccionarios on-line y las ventas de diccionarios en papel y CDs de instalación aumentaron junto con sus precios. Las compañías telefónicas ofrecieron unos programitas para celulares con Android de autocorrección. Dios miró y vio que era malo y los hackeó. Y hackeo también el Whatsapp y esto fue en menos de un minuto.

12 A alguien se le ocurrió reinventar un diccionario portátil del tamaño de una calculadora de bolsillo para que los hijos e hijas de Dios no tuviesen que andar transportando en sus bolsos, maletines, mochilas y carteras los pesados diccionarios. Volvió Dios a mirar y vio que era comodidad humana y también los hackeó. Y Dios hizo todo esto en las mañanas y tardes del Segundo Año.

13 Entonces Dios endureció la madera de todos los árboles para que no se talaran más para la fabricación de pasta celulosa y el Grupo Clarín se vio en la obligación de usar papel reciclado para sus diarios y revistas, hasta que finalmente quebró.

14 Dios vio que eso era bueno, porque salieron de circulación diarios y revistas con contenidos banales, mas vio también que tanto en el Facebook como en el Twitter, sus hijos e hijas ya no hacían comentarios sino que subían fotos y todo el mundo marcaba sólo “me gusta” o “favorito” y nadie opinaba.

15 Intervino Dios nuevamente y anuló de ambas redes sociales, de otras menos usadas y de todos los chats, la posibilidad de subir fotos o responder con íconos. Y Dios vio que esto era bueno. Y aconteció todo esto en las mañanas del Tercer Año.

16 Los más astutos “googleaban” palabras y frases enteras y las “posteaban” o “twitteaban” en sus muros. Y vio Dios que esto era malo, pues era copia, y enredó la palabras.

17 Los precios de los SMS aumentaron porque eran más largos y daba lo mismo escribir un SMS que hablar veinte minutos, por lo que la gente comenzó a llamarse más por teléfono.

18 Un total de 12.795.364 hijos e hijas de Dios murieron de “faltas de ortografías” y otras tantas habían reducido sus vidas a escasos días. Y Dios vio que esto era malo y envió una carta a Papá Noel en el mes de abril para que regalase diccionarios a los niños en edad escolar, estudiantes secundarios de todas las modalidades e incluso adultos que, por alguna razón de fuerza mayor, debieron abandonar sus estudios y dedicarse a trabajar. Y los niños y niñas se regocijaron, leyeron y estudiaron.

19 Ante la masiva y divina intervención, los diccionarios debieron bajar sus precios en las librerías pues ya nadie los compraba.

20 Cuando Dios vio que se multiplicaron en todos los países del mundo las clases y cátedras de “Ortografía” y que los docentes, lingüistas y doctos en lenguas tenían trabajo, juzgó que esto era bueno y reestableció la posibilidad de subir imágenes a las redes sociales. Y todo esto sucedió en las mañanas y tardes del Cuarto Año.

21 Y Dios dijo a la humanidad desde el cielo y con voz de truenos: “Aprenderéis a escribir leyendo.” Y lo dijo también en Esperanto.

22 Los hombres y mujeres desafiaron a Dios y quisieron llegar al cielo construyendo una nueva Torre de Babel con las palabras más usadas a diario en cada idioma, mas Dios los dejó porque sabía que fracasarían en el intento y así fue, ya que las palabras eran tantas que nadie sabía si pertenecían a su propia lengua o a una extranjera y abandonaron el proyecto. Y Dios vio que esto era bueno. Y todo esto acaeció en las mañanas y tardes del Quinto Año.

23 Y vio Dios al Sexto Año de su intervención en el mundo de los hombres que muchos de sus hijos e hijas se ufanaban de estudiar Latín y Griego y los convirtió en estatua de sal. Y vio Dios que esto no era bueno e hizo descender el Espíritu de Zamenhof, el creador del Esperanto, a todas las escuelas y universidades y les dio a sus hijos e hijas el don de lenguas para que hablasen y escribiesen correctamente en su propia lengua y en Esperanto; y el Inglés, como lengua dominante en el mundo y transgresora de pautas culturales y lingüísticas, cayó en desuso. Y vio Dios que esto era bueno y se regocijó en su creación.

24 Mas vio Dios que muchos docentes castigaban a sus alumnos con látigos y punteros cuando cometían un error ortográfico y secó la mano, derecha o izquierda, de los docentes torturadores. Y vio Dios que esto era bueno.

25 Y viendo Dios que entre los hombres y mujeres del mundo reinaba la paz ortográfica, dijo al Séptimo Año de su irrupción en el mundo de los hombres con voz de trompetas: “Habéis cumplido con el 11º Mandamiento; os devuelvo los diccionarios on-line y os agradezco que hayáis plantado árboles de buena madera para futuros libros. Mas no los talaréis y deberéis utilizar libros electrónicos.” Y los ecologistas de todo el mundo se regocijaron y alabaron con cánticos e himnos la creación de Dios.

26 Y Dios miró por última vez su creación y pensó: “No daré de baja el 11º Mandamiento porque mis hijos e hijas son esencialmente holgazanes ortográficos.” Y vio Dios que esto era bueno y reposó de toda la obra que había hecho.

Violeta Paula Cappella.-


Historia de Rosario Central



Por octubre de 1889, un grupo de obreros del Ferrocarril Central Argentino se reunía tras la dura labor en terrenos baldíos de Villa Sanguinetti, en el nacimiento casi de la Avenida Alberdi, practicando un fútbol que no conocía reglas fijas, número de jugadores ni duración de los partidos.

La idea era pasar un grato momento, divertirse y crear lazos de respeto y amistad.

Tampoco eran ajenos en los “picados” de Villa Sanguinetti los directivos de la empresa ferroviaria, que vislumbraron la posibilidad de agruparse -fuera del Club Atlético del Rosario, cuya principal actividad deportiva era el cricket- en un club que se dedicara exclusivamente al fútbol.

La idea fue rápidamente propagada por el viejo barrio de Talleres, donde entusiastas rosarinos limpiaron el terreno, montaron un par de arcos con troncos de árboles y acondicionaron a manera de vestuario un viejo vagón abandonado de las inmediaciones.

Antes de la Navidad de 1889, alrededor de setenta personas se citaron en un desaparecido café de la avenida Alberdi y un inglés, Thomas Mutton, propuso formalmente la creación de un club de fútbol, sugiriendo para el mismo el británico nombre de “Central Argentine Railway Club”; por aclamación con palmas, los asistentes a la reunión aprobaron el proyecto, eligiendo presidente de la flamante institución a Mister Colin Bollin Calder, caballero inglés, masón y apasionado por el fútbol.

Los colores que eligieron en un principio para identificar a los jugadores fueron el blanco y rojo, que pronto fueron sustituidos por el blanco y azul, dispuestos en dos grandes cuadros colocados en ambas mitades de la camisa.

Esa original combinación permaneció hasta -se presume- aproximadamente 1904, cuando se adoptó la camiseta azul y amarilla, dispuestos en bastones verticales, que siguen identificando hasta hoy a Rosario Central, tomados de la bandera de un barco sueco anclado en el puerto.

No fue fácil al principio conseguir rivales para el nuevo equipo.

Mister Mulhall, integrante de la comisión directiva, se fatigaba preguntando cada mañana en los muelles de la ciudad a la “pesca” de algún barco inglés cuya tripulación estuviera dispuesta a competir amistosamente con los muchachos de su equipo.



La búsqueda dio sus frutos a mediados de 1890, cuando en el muelle de Comas, ubicado en las inmediaciones de la que hoy es la bajada Sargento Cabral, Mulhall dio con un grupo de animosos marineros de un barco británico -cuyo nombre se perdió en el olvido- que aceptaron enfrentar al equipo local.

Unas 50 personas presenciaron dichos partidos, para los que el Central Argentine Railway Club alistó a once jugadores de ostensible origen británico, varios de ellos, pertenecientes a las antiguas Logias masónicas inglesas: M. Barton; Postell y
Camp; J. Muskett, J. Barton y King; Mc Lean, T. Muskett, Green, Mac Intock y Hooper. 
  


Michael Green  propuso ese mismo año que se permitiera el ingreso como asociados a aquellas personas que no pertenecían a la empresa ferroviaria; se aceptó la innovación, reconociendo a los nuevos socios, pero negándoles voz y voto; no obstante, el mismo Green  decidió “acriollar” el nombre de la entidad y sugirió la nueva denominación: Rosario Central.

Reflexiones e Investigaciones Históricas Leonlandesas

El Estado Libre, Soberano e Independiente de Leonlandia del Sur es Canaya






domingo, 12 de junio de 2016

Ideas literarias


Ideas literarias
  
Uno de ellos leyó “El Corazón Delator”, de Edgar P. e ideó una celda con paneles acústicos antirruido aislantes. Recordó también el “Romance del Prisionero” y se sonrió sádicamente.

Atraparon al homicida que tenía en vilo a toda la ciudad de Rosario: eran más de 2.000 asesinatos.  El tipo pensó que le tocaría la pena de muerte mas no fue así y se alegró. Entró a una celda de paredes limpias con un agradable aroma a frutillas.

Se recostó sobre una cama y no escuchó el ruido de sus propios pasos, así como tampoco el suave roce de las sábanas. Respiró y sólo percibió el aire que entraba ensordecedor a sus pulmones. Intentó dormir pero había demasiado silencio. Se asustó de los latidos de su corazón y en él escuchó los de cada una de sus víctimas. El olor a frutillas lo estaba invadiendo. Entonces gritó: “¡Basta!” con toda la potencia de sus cuerdas vocales y no se oyó a sí mismo.

Sobre una mesa, había un frasquito blanco, lo agitó y no oyó nada, lo abrió, lo olió (no olía a nada) y bebió…

“¡Felicitaciones Profesor! Ningún ser humano sentirá remordimientos por esto. Bien, queda abolida la pena de muerte”, dijo un señor muy bien vestido.

Y el Profesor de Literatura declamó un epitafio que supo leer alguna vez en una tumba del Cementerio de los Disidentes dedicado a una jovencita apellidada R. y que había quedado grabado en su memoria. Recorrió los pasillos de la morgue hasta llegar a la celda con paneles acústicos y se recostó en la cama aún tibia a leer “En la colonia penitenciaria” de Franz K. El aroma a frutillas era su favorito. Siempre le molestó el ruidito de las páginas al dar vuelta la hoja; allí dentro, nada se escuchaba. Absorto en la lectura, ni siquiera sentía el latido de su propio corazón.

Violeta Paula Cappella.-





sábado, 23 de abril de 2016

El disparo certero

El disparo certero

Una tarde de verano, encerrado un hombre en su casa, mató a otro que no estaba allí.

El otro no abrió ninguna puerta, ninguna ventana y sin embargo, estaba allí y el hombre lo mató.

El hombre dio un disparo tan certero, que él mismo se asustó de su puntería, escuchó como el casquillo tintineaba en el piso y vio como en el otro se consumía su luz.


El otro hombre se había ensortijado con beldades de fantasías y moralinas. Hacía relucir toda su bijouterie en sus conversaciones y los adeptos a las felonías y al sí mismo, lo aplaudían complacidos.

El otro hombre se sentía impecable, un sabiondo feliz de poder ejercer presión cuando los momentos se prestaban para desplegar sus plumas. Era un amante de los públicos procaces, pusilánimes y que le rendían genuflexión.

El otro hombre amaba desenvainar su espada de la justicia contra lo que para él eran las lacras sociales exterminables, entre los que figuraban los negros "de mierda", los hijos de la basura y el despojo.

El otro hombre levantaba la voz para ser creíble y trazaba su lenguaje con vulgaridades para ser más potente, más viril, casi omnipresente.

El otro hombre era decididamente racista y para hacer más blando su lenguaje utilizaba diminutivos, entonces era un racista dulce y suave.

El asesino se vio libre del otro hombre, respiró y gritó feliz como nunca antes lo había hecho.

Se sentó, miró a su alrededor y buscó el control remoto de su televisor. Intentó varias veces prenderlo pero no pasó nada. Se acercó a la pantalla y vio que allí había un agujero producto de un disparo, la pantalla se resquebrajó frente a él emitiendo un sonido sordo pero chirriante, y un puntito luminoso muy allá en el fondo comenzó a titilar mostrando la señal de un canal de cable de noticias.

Cuando el puntito se oscureció, el hombre tomó un libro lleno de polvo de un estante, leyó y comenzó a pensar.



Al atardecer, encendió una lámpara y se dio cuenta que había estado leyendo más de cuatro horas seguidas, algo inusual en él.

Cerró el libro y pensó complacido: “He matado a mi otro yo, un ser absorbido por la medianía televisiva y por todas las mentiras. Acabo de resucitar y este estado de plena libertad debe ser custodiado. Ya no más TN.”

Violeta Paula Cappella



miércoles, 30 de marzo de 2016

Los Majulianos

La Secta Majuliana

Imagen del Líder de los Majulianos


Los majulianos son básicamente gente que sigue la doctrina, tradición y costumbre que ha elaborado su líder, Luis Majul.

La doctrina majuliana se encuentra escrita en varios libros, como ser “Él y Ella”, “El Dueño” o “Confesiones Argentinas”. El libro sagrado es “La Iluminada”, sin embargo, los majulianos lanáticos (secta dentro de la secta) prefieren utilizar “Lanata” como nuevo testamento y “La Iluminada” como antiguo testamento.

Los majulianos se destacan por respirar helio, ritual que no se sabe si proviene de inflar globos para campañas electorales del PRO o es un gen reptiliano; lo que sí se ha constatado es que las nuevas generaciones tienen voz finita y aguda.

Una tradición de los majulianos más ortodoxos es solicitar el bloqueo de la página de Facebook de EAMEO. Lo han realizado en siete oportunidades y lo consideran acto de fe. Los bloqueos a EAMEO se realizan mientras se entona el siguiente himno solemne:

“Majul nuestro que estás en la TV
Siempre presente tu nombre
Venga a nos tu cerebro
Hágase tu pensamiento
En cada uno de nos
El pan nuestro son tus libros
Paguemos alegres los holdouts
Y también las expensas
No nos dejes caer en el librepensamiento
Je suis Majul
Amén”

La piadosa imagen del Líder, Luis Majul, es reverenciada por los majulianos en altares virtuales que se pueden encontrar a lo largo y ancho de la web. También hay otros sitios de veneración como por ejemplo, las librerías de saldos, ofertas y usados de calle Corrientes en Buenos Aires, a donde se dirigen los majulianos de todo el país en peregrinación.

Santuario de peregrinación para adquirir las obras del líder


Los majulianos aceptan con devoción las penas impuestas por el capitalismo sonriendo frente al aumento de precios, en tanto los taxistas majulianos, en un acto de contrición, refuerzan su fe en el dogma vilipendiando el sistema UBER.

Los neo-majulianos son jóvenes activistas que comparten el pensamiento majuliano sin haber leído ni uno de los libros del Líder, son admiradores de su voz en los medios, colocan “likes” al blog de Majul y repiten sus frases de memoria , a saber:

“En este tipo de asuntos, Jorge Lanata tiene razón.”

“Macri, igual que la gobernadora María Eugenia Vidal; el jefe de gobierno de la ciudad, Horacio Rodríguez Larreta; Frigerio; el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, piensan lo mismo, aunque no lo digan en público.”

“…mis compañeros de América TV detectaron “la operación” en el aire y los pusieron en evidencia.”

"¿Usted tiene sus papeles en orden?"

Desconocemos si Majul es a su vez majuliano, sí sabemos que es lanático, mas no podemos dar por sentado que Lanata sea majuliano, aunque sí hemos confirmado que este último es lanático.  


The Intelektor Kat



sábado, 16 de enero de 2016

Historias Derechas y Argentinas

Historias derechas y argentinas: Don Macartón

Yendo en taxi hasta la Estación Terminal de Ómnibus Mariano Moreno, el taxista, quien me pareció conocido, resultó ser un vecino del barrio donde viví algunos meses.

Claro que el taxista no pasaba desapercibido. Hijo de inmigrantes irlandeses, era colorado como un tomate y si se enojaba, se ponía bordó. Su apellido original era Mac Arton y alguien del registro civil lo deformó en Macartón y así quedó. Don Macartón entonces pasó a narrarme las novedades del barrio:

“Uh, ha cambiado mucho el barrio, hay gente nueva; llegaron dos chinos solterones, don  Ka-Chu-Chang y Kon Chu Do que abrieron un supermercadito. Te imaginás que nosotros, que somos argentinos y patriotas, no hablamos chino y les decimos Don Cachucha y al otro Don Conchudo, pero bueno, ellos qué saben. Don Conchudo se nacionalizó argentino porque se casó con la solterona esa, la maestra del Colegio de Señoritas Don Dildo de la Verga, la Tía Poronguita, la que fue secretaria de Don Dildo en el hotel. Y Don Dildo se murió en el año 2.000; el médico forense dijo que fue de Onanismus Severus. Muy bueno el hombre, pero siempre con el problema de los huesitos, viste? Y eso que de chiquito, solito se fue al campito de enfrente a tomar leche de toro – pero por eso ninguna mujer lo quería porque tenía olor a bolas de toro. ¡Uf, si le habrá hecho pajas al toro ese!” - El taxista me mira por el espejito retrovisor y se dio cuenta que estaba a punto de vomitar, cambió el tuteo por el “usted” y siguió: “Bueno, la cosa es que la tía Poronguita a Ud. la detesta, vio? Vamos a decir la verdad, porque Ud. es zurdita, no es así? Bueno, la detesta por lo del ajedrez. Ella dice que Ud. es una depravada y que a los niños no hay que enseñarles juegos donde los negros tengan las mismas oportunidades que los blancos y puedan ganar; y además eso de que un peón de mierda se pueda comer a una Dama es cosa de peronistas. Así que la Tía Poronguita logró que no se dé más ajedrez en el colegio, aparte hace unos meses, gracias a la gestión del Partido Estandarte Nacionalista Vecinal, tenemos los sábados y domingos casino en el salón actos y esas cosas vienen bien para ganar plata, la gente se entretiene sanamente y eso es importante. Y Don Conchudo, que es gente bien a pesar de ser chino, cuando la Tía Poronguita se jubiló, le propuso matrimonio porque ya podía ser buena ama de casa y hacer todo lo que tiene que hacer una mujer adentro en el hogar.”

Don Macartón debe haber visto mi cara de horror frente a todo el relato, pero insistió, después de un breve e incómodo silencio, con su monólogo.

“Bueno… Le voy a contar ahora algo es-pec-ta-cu-lar. Vio que Don Dildo, que fundó el colegio cuando le tiraron la bronca por lo del Hotel “Gatitas en celo” que tenía allá por Circunvalación, a ver, que no joda la gente, el tipo era un empresario en serio y estaba cagado en guita y encima era re-humilde y seguía viviendo en el barrio. O sea, cuando se murió, como él, pobrecito, no tenía hijos, le dejó toda, toda la plata a la Parroquia, pero ese curita nuevo, ese zurdito como Usted, el Padre Kevin, no aceptó la plata, así que fue a parar todo al colegio y ahora, además del secundario, van a abrir una Universidad. Mire Usted, las vueltas de la vida, si hubiese estado el Padre José… ¿Se acuerda Ud. del Padre José?” – Negué con la cabeza – ¡Ah, cierto que Usted no iba a misa! Le cuento: el Padre José, que en paz descanse, era un cura en serio, no como este zurdito que tenemos ahora que es de esos “tercermundistas”, por eso no va nadie a la iglesia, está llena de los negros de la villa; bueno, el Padre José se vino de España al poquito tiempo que se murió Franco, porque claro, allá todo se vino a pique, imagínese, Franco era un tipo que tenía a todo el mundo zumbando, pero bien, porque así tiene que ser, y si hay que cortar cabeza m’hija a todos estos negros de mierda, a mí me parece perfecto. Entonces, el Padre José justo llega en marzo del ’76 y se volvió a sentir en su casa cuando asumió la Junta Militar. Y bueno, si hubiese estado el Padre José, que en paz descanse, ahora tendríamos una iglesia de la puta madre. Pero vio como son las cosas, no hay mal que por bien no venga. Ah y otra cosa más, se acuerda de la chica esa tan linda, la novia de Astiz y de otros más, que era re-famosa y decía unos discursos geniales, ella va a venir a la inauguración de la Universidad, porque ahora con el cambio Don Conchudo y la Tía Poronguita, le propusieron al Ministro de educación nuevo que todas las escuelas sean privadas desde el jardín de infantes nomás y muy caras, cosa de que los negros de mierda no vayan a estudiar porque lo único que hacen es calentar asiento con el culo y no aprenden un sorete de educación, y entonces, la idea de Don Conchudo y de la Tía Poronguita es que la Universidad, para los que terminan con buenas notas sea un poco gratis y tengan donde sentarse en el aula, los demás, tendrán que estudiar como se lo merecen por vagos de mierda, parados o sentados en el piso y para ellos habrá una cuota especial. Usted no sabe lo feliz que estoy con el cambio, porque este sí va a ser un gobierno en serio, porque acá m’hija, y Usted que es persona inteligente tiene que entender, no hay otra cosa que mueva más el cerebro que la guita. Porque el que tiene guita es gente bien y hay que separar las aguas finalmente. Mire, ve todos esos negros abriendo las puertas de los taxis, a esos hay que cagarlos a palos a todos porque son todos unos maleducados. Yo creo que ahora todo va a volver a cambiar como era antes y va a venir la mano dura y está bueno eso, porque esta gente no debe tener derechos, si son todos negros… Vio los artesanos que estaban en la Placita, bueno, los rajamos a todos a la mierda, si son todos unos vagos que hacen porquerías, unos colgantitos que son una cagada, pulseritas y todas esas chanchadas que se ponen las pendejas putitas… Y dígame, ¿Usted por qué se fue del barrio?” – Tragué saliva, me toqué mis aritos comprados en la Feria de Artesanos y allí estaban… Acabábamos de llegar a la Estación, le pagué a Don Macartón, le di una abultada propina al abrepuertas y corrí hasta la plataforma 3, me subí al micro, abrí mi mochila y me puse a leer  unos apuntes de Antonio Gramsci y pensé en qué habría dicho una eminencia como él frente a tanto odio concentrado en un solo barrio y allí estaba la respuesta: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos…”

Violeta Paula Cappella