En el Principio
1 En el principio era el Verbo y el Verbo era
con Dios.
2 Del Verbo emanaron el Sustantivo, el Adjetivo
y el Adverbio y Dios creó todas las Preposiciones y Conectores y otras
categorías. Y vio Dios que eran muchas y que el Inglés era lengua astuta, hija
de la Serpiente Capitalista.
3 Y dio Dios a la humanidad, a través de uno de
sus Grandes Profetas, un idioma perfecto llamado Esperanto.
4 A cierta porción de la humanidad le sedujo la
idea y habló y habla en Esperanto; a otra porción la subsumió el Inglés, una
tercera porción se entretuvo entre varios idiomas o el propio, y otros no se
interesaron ni por el propio ni por los ajenos.
5 Mirando Dios su creación, lanzó nuevamente
los Mandamientos y uno más, pero esta vez usó lo que todo hombre o mujer que
lee y escribe tiene: Facebook y Twitter.
6 El 11º Mandamiento dice: “No cometerás
errores de ortografía y si los cometieres, una hora de tu vida te será
descontada por cada error”. Firmado: Dios. En el Twitter le sobraron caracteres,
mas Dios decidió no utilizarlos.
7 La humanidad recibió la advertencia en todos
los idiomas del mundo e incluso en Esperanto y hombres y mujeres de todas las
edades creyeron que se trataba de un virus, por ejemplo, un poderoso Troyano
que habría sido lanzado por algún hacker al servicio de Microsoft o Apple.
8 Los más fieles a los mandamientos de Dios, se
decidieron por utilizar diccionarios on-line o desempolvar los diccionarios que
estaban allá arriba en algún estante perdido; los menos creyentes, pero con
cierta aprehensión a la palabra divina, instalaron software de corrección
automática y a los que todo les entra por un oído y les sale por el otro, éstos,
siguieron escribiendo en sus muros y “twitteando” como si nada hubiese pasado.
9 Los diccionarios de la Real Academia Española
tuvieron récord de ventas en menos de una semana, del mismo modo que los Duden,
Wahrig, Oxford, Larousse y tantos otros.
10 Esa misma semana, un
muchachito de unos treinta y tantos años falleció inesperadamente en una
oficina de la Bolsa de Comercio de Rosario frente a su notebook, cuando durante
el almuerzo escribió en el muro de su Facebook un largo comentario con más de
500 errores de ortografía y en una semana había cometido exactamente 350.400
errores ortográficos. Y fue este triste acontecimiento en la tarde del Primer
Año.
11 De un día al otro
dejaron de funcionar los diccionarios on-line y las ventas de diccionarios en
papel y CDs de instalación aumentaron junto con sus precios. Las compañías
telefónicas ofrecieron unos programitas para celulares con Android de
autocorrección. Dios miró y vio que era malo y los hackeó. Y hackeo también el
Whatsapp y esto fue en menos de un minuto.
13 Entonces Dios
endureció la madera de todos los árboles para que no se talaran más para la
fabricación de pasta celulosa y el Grupo Clarín se vio en la obligación de usar
papel reciclado para sus diarios y revistas, hasta que finalmente quebró.
14 Dios vio que eso era
bueno, porque salieron de circulación diarios y revistas con contenidos
banales, mas vio también que tanto en el Facebook como en el Twitter, sus hijos
e hijas ya no hacían comentarios sino que subían fotos y todo el mundo marcaba
sólo “me gusta” o “favorito” y nadie opinaba.
15 Intervino Dios
nuevamente y anuló de ambas redes sociales, de otras menos usadas y de todos
los chats, la posibilidad de subir fotos o responder con íconos. Y Dios vio que
esto era bueno. Y aconteció todo esto en las mañanas del Tercer Año.
16 Los más astutos “googleaban”
palabras y frases enteras y las “posteaban” o “twitteaban” en sus muros. Y vio Dios
que esto era malo, pues era copia, y enredó la palabras.
17 Los precios de los SMS
aumentaron porque eran más largos y daba lo mismo escribir un SMS que hablar
veinte minutos, por lo que la gente comenzó a llamarse más por teléfono.
18 Un total de 12.795.364
hijos e hijas de Dios murieron de “faltas de ortografías” y otras tantas habían
reducido sus vidas a escasos días. Y Dios vio que esto era malo y envió una
carta a Papá Noel en el mes de abril para que regalase diccionarios a los niños
en edad escolar, estudiantes secundarios de todas las modalidades e incluso
adultos que, por alguna razón de fuerza mayor, debieron abandonar sus estudios
y dedicarse a trabajar. Y los niños y niñas se regocijaron, leyeron y
estudiaron.
19 Ante la masiva y
divina intervención, los diccionarios debieron bajar sus precios en las
librerías pues ya nadie los compraba.
20 Cuando Dios vio que se
multiplicaron en todos los países del mundo las clases y cátedras de
“Ortografía” y que los docentes, lingüistas y doctos en lenguas tenían trabajo,
juzgó que esto era bueno y reestableció la posibilidad de subir imágenes a las
redes sociales. Y todo esto sucedió en las mañanas y tardes del Cuarto Año.
21 Y Dios dijo a la
humanidad desde el cielo y con voz de truenos: “Aprenderéis a escribir
leyendo.” Y lo dijo también en Esperanto.
22 Los hombres y mujeres
desafiaron a Dios y quisieron llegar al cielo construyendo una nueva Torre de
Babel con las palabras más usadas a diario en cada idioma, mas Dios los dejó
porque sabía que fracasarían en el intento y así fue, ya que las palabras eran
tantas que nadie sabía si pertenecían a su propia lengua o a una extranjera y
abandonaron el proyecto. Y Dios vio que esto era bueno. Y todo esto acaeció en
las mañanas y tardes del Quinto Año.
23 Y vio Dios al Sexto
Año de su intervención en el mundo de los hombres que muchos de sus hijos e
hijas se ufanaban de estudiar Latín y Griego y los convirtió en estatua de sal.
Y vio Dios que esto no era bueno e hizo descender el Espíritu de Zamenhof, el
creador del Esperanto, a todas las escuelas y universidades y les dio a sus
hijos e hijas el don de lenguas para que hablasen y escribiesen correctamente
en su propia lengua y en Esperanto; y el Inglés, como lengua dominante en el
mundo y transgresora de pautas culturales y lingüísticas, cayó en desuso. Y vio
Dios que esto era bueno y se regocijó en su creación.
24 Mas vio Dios que
muchos docentes castigaban a sus alumnos con látigos y punteros cuando cometían
un error ortográfico y secó la mano, derecha o izquierda, de los docentes
torturadores. Y vio Dios que esto era bueno.
25 Y viendo Dios que
entre los hombres y mujeres del mundo reinaba la paz ortográfica, dijo al
Séptimo Año de su irrupción en el mundo de los hombres con voz de trompetas: “Habéis
cumplido con el 11º Mandamiento; os devuelvo los diccionarios on-line y os
agradezco que hayáis plantado árboles de buena madera para futuros libros. Mas
no los talaréis y deberéis utilizar libros electrónicos.” Y los ecologistas de
todo el mundo se regocijaron y alabaron con cánticos e himnos la creación de
Dios.
26 Y Dios miró por última
vez su creación y pensó: “No daré de baja el 11º Mandamiento porque mis hijos e
hijas son esencialmente holgazanes ortográficos.” Y vio Dios que esto era bueno
y reposó de toda la obra que había hecho.
Violeta Paula Cappella.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario