Frases de Paz y Amor durante la cena Navideña
(Soporté esto y mucho más hasta las 3:00 y huí despavorida…)
“A los extranjeros habría que cobrarles por estudiar en
nuestras Universidades, porque no puede ser que estudien gratis, nosotros
pagamos nuestros impuestos y ellos vienen a estudiar de arriba”.
“Si sos ‘blanquito’ en cualquier parte de Latinoamérica
tenés éxito, si no saben nada, vos les decís que la pelota es redonda y los
negros te miran como diciendo: ‘cómo sabe este tipo…’”
“Fulanito viven en Equis país (latinoamericano) y no sabés
el éxito que tiene, allí sí se vive bien, no sabés, tiene una casa enorme, nos
mostró las fotos, llena de cosas, un lujo total, y no sabés el auto que tiene…”
“A la primera de cambio me iría a vivir a cualquier país de
Latinoamérica, acá no se puede, menos a Cuba, Ecuador y Venezuela, son los
peores países del mundo…”
Un comentario propio:
“Fui a llevar los impuestos a la inmobiliaria que estaba por
cerrar, cuando crucé a la Plaza a tomar un taxi, el abrepuertas me dijo:
“Buenos días, señorita” – Entonces le apoyé mi mano sobre su hombro y le dije: ‘Buenos
días, jajaj me ves joven, gracias! Ya hace rato que no soy señorita, jajaja,
que pases unas felices fiestas, que Dios te bendiga’ – le dí unos billetes y me
subí al taxi. El muchacho estaba totalmente dado vuelta, los ojos enrojecidos
por droga o alcohol; me dijo: ‘Usted es la única mujer que me trató bien…’ - Se
me acercó y me dio un beso en la mejilla y yo también le di un beso en la
mejilla…”
Reacción de los comensales:
-
¡Qué asco! (acompañado por gestos de asco)
-
-¡Cómo te dejaste besar por ese tipo!
-
-¡Noooo, por favor, qué inmundicia!
Intenté continuar la conversación, diciendo:
Yo: “Es que cuando lo ví…”
Cualquier comensal: “Me pasás la
sal…”
Yo: “…quién puede juzgarlo…”
Otro cualquier comensal: “Prendé
la tele…”
Yo: “…sólo Dios sabe lo que le puede
estar pasando…”
Otro cualquier comensal más:
“Che, qué bueno está el pollo…”
Yo: … … …
Sí, soporté esta clase de
comentarios haciendo uso de una enorme paciencia en pos de no discutir durante
la cena navideña, nunca más pienso tolerar semejantes bajezas. El racismo a
ultranza (moderado astutamente con el diminutivo), la xenofobia, la clasación,
el machismo, la cosificación, el desmerecimiento… Estuve a punto de vomitar los
sandwiches de lechuga y tomate. A las 3:00 AM se presentó la oportunidad de
huir hacia Rosario, volví muy mal, pero muy mal, porque entendí que cuando se
llega a estos extremos discursivos, no hay retorno, no hay posibilidad de una
reflexión desde una mínima lucidez mental y cardíaca. Con esta clase de
conversaciones comenzó el nacionalsocialismo, conversaciones hogareñas que se
fueron multiplicando, anclando en las conciencias hasta lograr el control de
las mentes, el vaciamiento del corazón y caos total.
Nota: esto sucedió en la realidad, fue en casa de mis padres en navidad del año 2.013.
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