Por Edelweiss Fox Talbot
Hace muchos años, vivía una niña en una casa muy grande cerca de
Circunvalación. La niña se llamaba Cynthia y era muy bonita. En esos tiempos,
estaban de moda las trenzas y los vestidos con bordados y ella tenía todo lo
que quería.
Solamente que sus padres no le permitían tener lo que más quería en el
mundo: un gatito.
Los padres decían que los animales son maleducados y que no se saben
comportar porque cuando vienen visitas o les gruñen o no los dejan en paz
porque piden caricias todo el tiempo.
Ella se iba entonces a la casa de una familia que vivía pasando la vía
a jugar con unos gatitos grises. Les llevaba comida a los gatitos y pan blanco
y fresco y leche para los chicos y los abuelos de la familia porque era gente
muy pobre que no tenían nada.
Un día, uno de los gatitos le rompió jugando un pedacito del vestido y a
ella no le importó, pero cuando llegó a la casa, los padres la reprendieron y
le dijeron que estaba castigada. Ella dijo que se había enganchado el vestido
con una hamaca pero igual la castigaron.
A la semana siguiente, pudo salir nuevamente, pero la familia se había
ido a vivir a otro barrio y ya no estaban tampoco los gatitos porque se los habían
llevado. Comenzó a llorar mucho y muy angustiada y se fue a la casa de sus
abuelos y les contó todo lo que pasaba. Los abuelos le dijeron que adoptarían
un gatito del IMUSA y que ella podría ir a jugar todos los días.
Fueron un viernes a buscar un gatito y se encontraron con que en el
IMUSA había muchos gatitos y perritos tristes que no tenían familia. Los
abuelos adoptaron cuatro gatitos y dos perritos.
Al otro día, ella fue de visita a la casa de los abuelos y se encontró
con la sorpresa de todos los animalitos felices jugando en el patio de la casa.
Ella se emocionó mucho y pensó que cuando ya sea grande y tenga su propia casa,
tendría un patio y un jardín para muchos gatitos y perritos y también otros
animales que hayan quedado desamparados y solos.
Cuando terminó la escuela secundaria, se fue a vivir a Casilda y estudió
veterinaria.
Ella siempre dice: “no compres gatos o perros, adoptalos”, “no compres
animales exóticos, ellos pertenecen a la selva”.
FIN
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