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domingo, 16 de mayo de 2021

Las vueltas de la Justicia

 


Por Melina Klostenmayer

El juez dio su veredicto y todos estuvieron de acuerdo: cadena perpetua.

Se calculó que la vida del condenado no llegaría a ser superior a los tres meses; según un grupo de médicos especialistas en enfermedades del hígado que lo revisaron, el órgano del condenado estaba seriamente afectado por el alcohol y la cirrosis era letal.

Estando en la cárcel, el condenado se sometió voluntariamente a un tratamiento novedoso que jamás había sido probado en seres humanos y que había llegado al país en carácter de top secret y así, se solicitaban reclusos voluntarios de diversos penales, bajo la consigna de no difundir el procedimiento y la consecuente reducción de la pena.

Casi a los seis meses de tratamiento, la enfermedad del condenado había desaparecido y fue dado de alta.

En otro punto del país, la hija de un juez fue violada por un ex convicto bebedor. La policía lo atrapó con un vaso de whiskey en la mano en un prostíbulo de Barrio Destilería Oeste.

Hace un tiempo, se supo de un juez que había encarcelado a su madre moribunda para que sea sometida a un tratamiento oncológico en un penal de alto riesgo. Cuando la viejecita se vio tras las rejas, comenzó a llorar desconsoladamente y después de unos días, falleció, de modo tal que el juez recibió una herencia suculenta.

La semana pasada, en un juicio ejemplar, un grupo de jueces condenan a otro juez por haber encarcelado a su madre, a un grupo de médicos por utilizar en seres humanos medicación no aprobada por el Ministerio de Salud y a un violador borracho.

El problema de tantas condenas se suscitó, cuando al juez le dieron una condena de 24 horas, con salidas programadas cada seis horas y una fianza que implicaba el 0,000001 % de la herencia recibida.

Como el juez que fue absuelto a las 24 horas estaba enfermo, decidió probar las medicaciones milagrosas que se practicaron en varias cárceles. De esta manera, se liberaría a los médicos, en tanto y en cuanto la enfermedad desapareciese por completo.

El violador bebedor, apareció en los medios y su enfermedad curada fue considerada “milagrosa”, comenzó a tener seguidores y creó una nueva religión, con la cual se convirtió en multimillonario porque con él trabajaban los médicos con los medicamentos curadores que fueron liberados, tras haberse sanado el juez enfermo.

La hija del juez que fue violada por el nuevo santo de las curaciones milagrosas, asistió al templo-sanatorio para curarse de una depresión muy grave. La atendió el propio santo, se reconocieron, ella quiso salir corriendo y él la retuvo, sintió nuevamente deseos de violarla pero de repente la erección de su pene se desvaneció, comenzó a llorar y se suicidó.

La hija del juez se sintió aliviada y se hizo cargo de la religión por haber generado el milagro de no haber sido violada…

 

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